De casta le viene al galgo. El director Bong Joon-ho (Corea del Sur, 1969), mundialmente conocido tras lograr que su obra Parásitos se alzase recientemente con el Oscar a la mejor película, ya tenía en sus venas la vertiente artística de la creación. Su padre fue diseñador y su abuelo un reputado autor, pero Bong ha sabido romper la baraja tras llegar al olimpo internacional en el mundo cinematográfico.

Tras escribir 11 películas y dirigir siete de ellas, este surcoreano puede presumir de haber llevado las riendas de trabajos como Memories of Murder, así como de otras obras consideradas de culto, como es el caso de The Host o Snowpiercer. Sin embargo, ha sido con Parásitos con la que ha conseguido realizar la cuadratura del círculo con una película en la que, además de director, ha aportado el guion y ha puesto su espada como productor. Todo un ejercicio a su gusto en el que combina una provocadora crítica social con escenas no exentas de humor y tintes que por momentos se tornan claustrofóbicos.

Titulado universitario en Sociología por una Universidad de Yonsei, Joon-ho juega con su capacidad creativa para trasladar un peculiar relato de una sociedad deshumanizada y cuyos estratos están condenados a la confrontación.

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