No, no se trata de un nuevo personaje de la saga Star Wars, sino de un término que lleva un tiempo en boca de todos los medios de comunicación, principales afectados por el obstáculo que esto supone.

La base del problema que define este nombre no es otro que la ocultación de datos relativos a la audiencia que consume contenido a través de ciertas plataformas sociales y que interactúan a su vez con la información obtenida de los medios de comunicación.

Así ocurre con las apps de mensajería y de Facebook entre otras, que no permiten rastrear el recorrido de esos visitantes. En realidad, la dificultad de no saber quién es el consumidor directo, no es exclusivo de los medios de comunicación, sino ya de todas las empresas que necesitan obtener datos de sus consumidores para actuar en consecuencia.

Según los últimos estudios, el “dark social” tiene ya una magnitud que oculta el origen del consumo casi en un 90% a las fuentes que lo originan. Es decir, prácticamente el retorno de datos sobre la audiencia es nulo.

Ahora, cuando la información sobre los usuarios es el gran valor, este problema que crece exponencialmente no parece su mejor aliado. Seguiremos atentos a su oscura evolución.

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