La lucha entre el contenido o el envoltorio no es nueva. El segundo vende, pero el primero hace que vuelvas a él. Pero, ¿hasta qué punto puede vender el marketing, y hasta qué punto un buen producto retiene al cliente?

Según numerosas encuestas, la población suele dejarse llevar por el packaging de un artículo determinado. Juzgan inconscientemente el producto por su primera impresión visual. Sucede también cuando buscan el precio más barato donde se compara, con más detalle, la calidad.

La estrategia de marketing engloba mucho más allá, aparte de buscar al cliente potencial. Se trata también de maquillar correctamente el producto por fuera, partiendo de una idea, de una meta, de un target segmentado al que queremos acceder.

En el mercado editorial hay muchos ejemplos al respecto. Existen grandes libros que merecerían vender miles de ejemplares, pero cuyas ventas escasean porque no han sido promocionados adecuadamente. También puede ocurrir lo contrario. ¿Quién no se ha sentido atraído por un best seller que luego carecía de calidad?

A día de hoy, por injusto que pueda parecer, no basta con que el producto sea bueno para venderlo. Tampoco es suficiente con tener una buena estrategia. El marketing puede atraer dinero rápido pero, sin un buen contenido, estaremos tirando horas y dinero a la basura.

Según apuntan los expertos, los consumidores ya dan por hecho que aquello que les vendes es bueno. Pero ahora, más que nunca, hay que hacer que empaticen con la marca, que la amen. Si se consigue esto, se tendrá fidelizado al cliente completamente, llegando incluso a justificar posible fallos. En Creaerte lo tenemos claro: lo mejor, ambas cosas.

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