En un escenario digitalizado en el que los usuarios esperan que las marcas respeten su privacidad en cuanto al tratamiento de los datos, la relación de confianza entre las organizaciones y los consumidores es clave no solo para afianzar esta particular comunión, sino también para agilizar los diferentes trámites mediante mecanismos de automatización.
Este último recurso, como es el caso de los formularios de autocompletado o la gestión de pedidos periódicos, al igual que otros atajos para deducir el tiempo de la realización de trámites en las pasarelas de pago, tienen que basarse en una ética profesional siempre necesaria.
Los soportes digitales de estas características cobran en la actualidad, si cabe, mucha más importancia, especialmente teniendo en cuenta que el comercio electrónico ha sido el auténtico salvavidas para muchas empresas en los últimos meses.

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