Forma parte de una nueva generación de artistas japonés con «tendencias escultóricas», Odani Motohiko crea obras de una monstruosa belleza, capaces de despertar sensaciones de dolor y admiración en el espectador.

Nacido en Kioto en 1972, este artista comenzó sus estudios de escultura en la Universidad de las Artes de Tokio; en la actualidad utiliza diversas técnicas y materiales en sus trabajos, que rompen con las nociones convencionales de la escultura.

Su forma de expresión y su sentido estético han conseguido el reconocimiento tanto en Japón como en el extranjero, así, en 2003 fue seleccionado como uno de los artistas que representaron a Japón en la Bienal de Venecia, pero ese es sólo uno de sus éxitos.

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