Dicen que toda publicidad es buena, incluso la mala. Pero quienes trabajamos en marketing sabemos que cuando el público te encasilla, es difícil quitarse esa etiqueta.

Esto es lo que les ha ocurrido a IKEA, quienes querían demostrar que sus productos no pertenecen al denominado “low cost”. Y para ello han creado una campaña en la que defienden que “En cualquier salón hay sitio para un mueble de IKEA”.

Con esa idea en mente, han realizado dos spots que parodian los anuncios usados en artículos de lujo. El primero de ellos muestra un mundo onírico en el que la protagonista se coloca un collar y recorre la casa acompañada por mariposas e incluso por un unicornio. El segundo, presenta un aire más elegante para recrear un ficticio spot de relojes. Ambos finalizan con unos personajes que señalan que, a pesar de la atmósfera tan sofisticada que respira el ambiente, en ellos hay un mueble de IKEA.

Evidentemente, ambas piezas llevan al extremo los estereotipos de la publicidad característicos de los productos de alta gama hasta crear una caricatura que refuerza el mensaje que quieren lanzar: la marca puede estar presente en cualquier tipo de hogar, por muy refinado que este sea.

 

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