Dentro de la ya de por sí buena decisión de instaurar una estrategia de marketing de contenidos, hoy reparamos en lo que podría ser la cuadratura del círculo en este tipo de políticas comunicativas. Hablamos, claro está, del marketing de contenidos inmersivo, aquel que favorece la interactividad con los usuarios y potenciales clientes.

Aunque bien es cierto que las compañías no suelen contar con los recursos necesarios para crear este tipo de experiencias, la delegación en agencias de marketing especializadas, como es el caso de Creaerte, puede suponer todo un salto de calidad. Estrategias basadas en vídeos interactivos o en otras tecnologías más ambiciosas, como es el caso de la realidad aumentada, satisfacen las necesidades de los clientes, a la vez que brindan la posibilidad de realizar campañas únicas que suponen una gran diferenciación respecto a la competencia.

Este tipo de iniciativas van más allá del marketing de contenidos estático, pues permiten la creación de propuestas personalizadas y ajustadas a las exigencias de cada tipo de consumidor o usuario. Los diversos estudios realizados en los últimos meses confirman una tendencia alcista en lo que a la contratación de este tipo de servicios se refiere, fruto también de la mayor accesibilidad a unos terminales tecnológicos cada vez más potentes.

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