Uno de los errores más habituales de las empresas a la hora de establecer una estrategia de marketing online suele ser la de no dotar de valor al producto antes de comercializarlo. Por ello es importante definir este concepto y enmarcarlo para darle sentido a una comunicación efectiva.

El valor, en esta nueva economía que nos ha tocado vivir, lo define el cliente. Es probable que siempre haya sido así, pero es hoy cuando este es el que manda. La utilidad de lo que uno adquiere cuando compra un producto, si resuelve o no un problema que tenemos, eso definirá su valor. El contenido será la forma más directa para mostrar su valor y el que puede llegar a aportar. Debemos analizar el contexto y las alternativas que se pueden presentar ante nuestra oferta.

El retorno o feedback que obtenemos con las RRSS nos permite estudiar qué uso supone para el cliente, de tal forma que en una fase previa nos permita redefinir el producto. Todo gira alrededor del cliente y muchas veces tendremos que ajustar nuestros valores con tal de satisfacer los suyos.

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