En el pasado, la publicidad se centraba simplemente en narrar las ventajas de un producto frente a los otros. Básicamente buscaba destacar dentro del sector por sus cualidades propias. Más tarde, con el aumento de competencia y la similitud de la oferta, posicionarse dependía de la relación calidad/precio, de la presencia en los establecimientos y los medios y, con suerte, de que algunas personas divulgaran tus propiedades mediante el boca-oreja. Pero luego llegó el marketing emocional.

El ‘engagement’ es la clave en la actualidad. Se traduce literalmente como “compromiso” pero representa el vínculo emocional que el público crea con una marca. A través de este tipo de marketing se generan relaciones duraderas basadas en la confianza y la comunicación. Se persigue conectar con las personas y convertirlas en clientes fieles que incluso defiendan nuestra marca.

Un paso más allá está el ‘inspirational marketing‘ o marketing inspirador. Este pretende, sin hablar del producto, alcanzar al público a través de sus sueños y metas. Infunde ideales y valores aspiracionales en el público, fomentando el crecimiento personal y un propósito de vida. Un caso de éxito, y además viral, fue el de Always y su #ComoNiña.

 

Comparte esta noticia: