La consecución de la interacción es el primer objetivo de toda estrategia de marketing de contenidos, pero no siempre la táctica que se pone en escena es la adecuada para alcanzar tal fin. Del mismo modo, una vez conseguido el click no siempre se da la talla. ¿Qué debe haber más allá?

El exceso de información puede hacer desistir al usuario. Los contenidos proporcionados, además de útiles, deben ser concisos. De esta forma no solo se mejorará la experiencia de los clientes potenciales, sino que también existirá una repercusión positiva en el posicionamiento en buscadores. Esto último favorecerá que muchos navegantes que hasta la fecha no conocían nada de nuestra marca puedan comenzar a familiarizarse con la firma.

Una vez conseguido el click, todo responsable de marketing de contenidos ha de saber que el usuario busca satisfacer una necesidad informativa, por lo que se hace imprescindible la creación de contenido original y de interés. Y es que la política del copiar y pegar es uno de los mayores enemigos de esta vertiente del marketing por parte de aquellos que practican el intrusismo. Unas duplicidades, por cierto, que Google sabe detectar para castigar el posicionamiento.

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