El viejo arte del patrocinio está más vivo que nunca, pero las empresas que dan el paso no siempre explotan el potencial de esta acción de marketing para sacar todo el rédito posible.

Existen marcas de mayor o menor tamaño que, movidas por la buena prensa de los patrocinios, invierten mucho en el sufragio de un determinado evento o cuestión en diferentes esferas, pero muy poco o práticamente nada para promover acciones de marketing que lo promocionen.

Los diferentes estudios profesionales recomiendan a las marcas invertir, como mínimo, un montante económico que sea de al menos el 50% de lo aportado en un patrocinio para activar, primero, y desarrollar, después, dicha promoción. Solo así lograremos un retorno publicitario realmente eficiente.

El mero patronicio, pese a ser una herramienta de gran valía, necesita ir acompañado de una estrategia de promoción y visibilidad relacionada con el marketing. Solo de esta forma, por regla general, se podrán obtener los resultados esperados en el cumplimiento de los objetivos, casi siempre en estos casos relacionados con el posicionamiento y el posterior afianzamiento de una firma.

Comparte esta noticia: