Hasta el 16 de abril no podremos ver en nuestros cines las aventuras de «Alicia en el país de las maravillas», la última astracanada de un Tim Burton empeñado en obstaculizar el normal devenir del universo «actualizando» para el gran público los libros infantiles que le traumatizaron de pequeño, de ahí estos pelos.

Este versión 2.0 de Alicia, con Johnny Depp al mando de un portente reparto de frikis tipo Christopher Lee o Helena Bonham-Carter, promete lisegia y descoyunte visual a tutiplén, asi que la Disney se las ha apañado para llevar adelante una surrealista campaña publicitaria acorde con el tema en cuestión:

El sombrerero loco

El viernes 26 de febrero los lectores de Los Ángeles Times descubrían que la portada de su periódico favorito había sido “secuestrada” por un anuncio a toda pagina de «Alicia en el País de las maravillas». De inmediato, miles de quejas llovieron sobre el periódico que capeó el temporal como pudo, imagino que apagando la centralita, porque no se me ocurre otro modo. Téngase en cuenta que el LA TImes es una de las cabeceras más exitosas del planeta, tanto en credibilidad como en ventas. De hecho, mientras escribo esto, su noticia de portada es «Facebook abre una oficina en India».

El consejo editorial del periódico argumentó que la decisión fue tomada pasando de ellos sin su aprobación. Consideran algo inaudito que los lectores hubieran de recurrir a la segunda página para leer las informaciones que le interesan. El propio director presentó la dimisión como queja a esta decisión tomada por el equipo comercial con el apoyo de la cúpula del periódico.

¿Inaudito?

700.000 dólares pagó Disney por colocar el atrubilado jeto de Johnny Depp en la portada de su querido diario. 700.000 dólares, que son 500 y picomil euros. Osea, una pasta a priori suculenta. Aunque no tanto para Roy Peter Clark, profesor del Instituto Poynter para Estudios Mediáticos, que  expresó su simpatía por el periódico y su malestar con los intereses comerciales y editoriales: «Es un precio bajo para vender tu alma»

Periodistas, lectores, blogueros y otras gentes de bien creen que el Times ha abierto un nuevo camino que podría llevar a los periódicos a «convertir sus portadas en reclamos publicitarios, demostrando una falta de respeto hacía sus lectores y una falta de confianza hacía su producto editorial». Esta cita es del profesor y periodista Robert Niles, un tipo con mucho éxito en el mundo online y del que acabo de descubrir que, obviamente, incluye publicidad en la portada de su web. ¡Muy bien Miles!

Imparcialidad

Curiosamente, la publicidad en el Times aparentemente no ha influido en el principal crítico de cine del periódico, Kenneth Turan, cuya reseña el jueves calificó de «sorprendentemente inerte» y «mediocre» la versión de Tim Burton sobre el clásico de Lewis Carroll.

Todo muy confuso, amigos. ¿Dónde está la línea que separa el periodismo independiente de la maquiavélica y diabólica publicidad? Este cronista concluye que ambos mundos están condenados a entenderse, porque  -como Dios y el diablo, como el Barca y el Madrid, como la Estaban y la Campa-  no parece factible que puedan subsistir el uno sin el otro.

PD: Hay algunos que lo tienen más claro. Este señor, por ejemplo, que se vende el periódico en ebay por 5 pavos de nada.

El trailer de Alicia, aquí abajo

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