Cuando consumimos publicidad podemos intervenir de una manera más o menos objetiva, mostrando la opinión que nos genera la campaña, incluso emitiendo juicios sobre el formato o el diseño. El problema aparece cuando tenemos que hablar de publicidad en un sector que se reinventa y donde, por esa continua actualización, surgen términos y conceptos nuevos constantemente. ¿Empezamos?

Salimos al mercado y necesitamos una publicidad atractiva. Lo primero que vamos a poner sobre la mesa es el claim… ¿eh?. Sí, el slogan o lema. Esa frase magnífica que, con pocos caracteres, va a resumir, ensalzar y convertir en ventas un producto. Con el claim elaborado y aceptado vamos a lanzar la campaña al mercado. Lo primero es definir nuestro target, o lo que es lo mismo, el público a quien va dirigida la acción. Una vez claro este aspecto, toca decidir si queremos una acción ATL (Above the line) o BTL (Below the line). No os preocupéis, es lo mismo que decidir a través de canales masivos (medios convencionales) o no masivos (product placement, mupi, street marketing…).

¿Dudas con el soporte? Resolvemos algunas. El product placement es la inserción reiterada de un producto dentro de una serie, película o videoclip como si formara parte de la narración. Los mupis son soportes publicitarios colocados en las calles de las ciudades. La publicidad de las marquesinas de toda la vida. El street marketing se refiere a las acciones en espacios públicos, tras customizarlos, y donde la gente puede interaccionar.

Y todo esto para conseguir un buen engagement. ¿Engagement? Literalmente significa compromiso y es la medición de los resultados de una campaña. Se refiere a la capacidad de generar relaciones sólidas y duraderas con nuestros clientes. Al fin y al cabo, ese es el objetivo de la publicidad.

Comparte esta noticia: