El verano es un buen momento para relajarse, no hay duda. La inminente llegada de las vacaciones disipa en ocasiones la mente. Pero marcas y anunciantes deben estar alerta y no olvidar al consumidor.

La era actual está marcada, como hemos señalado en múltiples ocasiones, por la impronta digital. A pesar de la menor actividad por la que se caracteriza la época estival, las cosas no son como antes. Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) han cambiado el concepto del cómo y del cuándo. Los consumidores siguen reclamando efectividad a las marcas, ya sea desde la oficina o consultando sus dispositivos móviles en la playa o la piscina.

Por tanto, tenemos claro que las redes sociales son ese escenario en el que la presencia debe existir durante todo el año. La actividad debe continuar en verano, aunque sea ofreciendo unos servicios mínimos. Dejar de lanzar publicaciones durante las vacaciones es una estrategia muy cuestionable.

Asimismo, el verano es un buen momento para posicionarse y diferenciarse. Aquellas marcas más avispadas ven aquí una oportunidad para arropar a esos consumidores que la competencia ha descuidado. La planificación es fundamental.

En nuestro caso particular, esta forma de trabajar es una filosofía ya asentada desde hace años. Nos hemos adaptado a un nuevo horario con la intención de no dejar de ofrecer servicios a nuestros clientes. Rotar las vacaciones y planificar contenidos son acciones fundamentales para seguir siendo productivos y poder continuar estando presentes en la red, también durante el verano.

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