… ¡no contábamos con esto!.

El artista Michael Tompert decidió mostrarles a sus hijos, enganchados a sus Ipods y Iphones, que estos gadgets son sólo objetos, así que procedió a destrozar uno en frente de ellos. Mientras sus chicos se traumatizaban, Tompert descubrió que un Ipod es «bonito por fuera, pero tambiém por dentro». Así comenzó una odisea destructiva que duró un año y que ha culminado en esta exposición inaugurada esta semana en San Francisco. ¿Qué pensará de todo esto Steve Jobs?

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