Las preferencias de los consumidores están en continua evolución y Coca-Cola siempre ha estado escuchando para poder adaptarse. En 2013 decidieron emprender una nueva estrategia de negocio teniendo como principal objetivo eliminar submarcas y convertirlas en una identidad común con las distintas variedades de la familia Coca-Cola.

El consumidor ya reconoce con facilidad el color característico de esta famosa bebida, por lo que han decidido comenzar el 2018 con un nuevo envase donde Coca-Cola es más roja que nunca.

El nuevo formato se caracteriza por su claridad y por la fácil visibilidad de la información que contiene. Además, dentro su gama podremos distinguir los diferentes productos mediante una banda de color distintiva en la parte superior, en el caso de las latas, y mediante las chapas o tapones en el caso de las botellas.

España ha sido uno de los primeros países en recibir está renovación de imagen por parte de Coca-Cola; es un claro ejemplo de unificación de la identidad para conseguir adaptarse a la evolución de mercado.

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