«El contenido es el rey». ¿Qué hay de cierto detrás de esta afirmación secundada por los grandes expertos en ‘inbound marketing’? Los beneficios derivados de la implementación de una estrategia de marketing de contenidos acarrea contrastados beneficios. Y es que este tipo de estrategia en empresas ha dejado de ser una mera tendencia para convertirse en la actualidad en uno de los puntales de todo plan de comunicación. Todo gracias a la creación y distribución de contenido propio y relevante que, de una u otra forma, tenga relación directa con determinado modelo de negocio.

En primer lugar, toda acción de marketing de contenidos debidamente planificada y bien ejecutada aporta tráfico natural a la página web en cuestión y, además, ayuda a segmentar la audiencia. Del mismo modo, supone un acicate para el posicionamiento SEO, al aumentar la valoración que Google concede a cada portal en sus algoritmos. Es decir, fortalece el Quality Score, imprescindible para estar en la pomada de las búsquedas digitales y, por ende, ganar visibilidad respecto a los competidores.

La definición de un objetivo concreto, la identificación del ‘target‘, la documentación, el análisis de la escena competitiva, la creación y la gestión de contenidos, así como la regularidad y la constancia para nutrir los diferentes canales de distribución, son tareas que deben recaer en manos profesionalizadas para sacar el máximo rendimiento al actual ‘reinado’ del contenido.

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