Mucho antes de que los trailers inundasen los medios para publicitar una película, existía un modo único de llamar la atención del espectador mediante el trabajo de excelentes diseñadores gráficos. Hoy hablamos de cómo el gran cartelista italiano Anselmo Ballester, se hizo un nombre por su trabajo y obra.

Anselmo Ballester nació en 1897. Su padre era pintor y diseñador gráfico, y Ballester estudió bellas artes en Roma antes de convertirse en “cartellonista” o cartelista de películas. Dibujó su primer cartel a la edad de 14 años y pronto dedicó su arte por completo al servicio del cine. En 1945, él y sus dos grandes contemporáneos Alfredo Capitani y Luigi Martinati formaron una empresa llamada BCM que dominó la producción de carteles de películas durante los siguientes veinte años.

Fue cuando le contrató el estudio Columbia, cuando Ballester conoció a Rita Hayworth, quien fue la estrella más grande en la década de 1940. El artista italiano diseñó muchos de los carteles de Hayworth, pues para él era un ícono de alegría y sensualidad. Tal y como refleja en el póster de Affair in Trinidad (1952), en el que Hayworth, vibrante y despreocupada, que sale del marco del póster, se ríe frente a la brutalidad monocromática de Glenn Ford. Estos enormes carteles de litografía “quattro foglio” (121,92 x 139,7 cm) son obras especialmente impresionantes y, naturalmente, son muy buscados por los coleccionistas. Se tratan de piezas tan grandes que la gente no podía exhibirlos o enmarcarlos y muy pocos han llegado en buenas condiciones hasta nuestros días. Piezas maestras como el póster de Salomé que se subastó en 2008 por 19.000 dólares o la Dama de Shanghai que se vendió más del doble, hacen de ellas obras escasas de gran valor.

Se trata pues de un oficio que puede parecer perdido o eclipsado por la fotografía y las nuevas tecnologías, pero en cuyo interior siguen coexistiendo la publicidad y el diseño, para dar lugar a unas piezas únicas que cautivan incluso años después del estreno.

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