Pocos como Clint Eastwood (San Francisco, 1930) pueden presumir de dominar todas las caras de la creatividad en la industria cinematográfica. Este actor, director, productor, músico y compositor estadounidense es todo un ejemplo exponencial de cómo se puede abarcar mucho y a la vez apretar con sumo acierto.

Desde que comenzase como extra y después de sufrir lo suyo para estrenarse como actor de reparto, a lo largo de su dilatada trayectoria Clint Eastwood ha conseguido retroalimentarse con todas y cada una de las facetas cinematográficas, hasta el punto de conseguir dar a sus guiones una suerte de psicología de la interpretación que en la mayoría de las ocasiones ha convencido tanto al público como a la crítica, pues no son pocas sus obras maestras. Ejemplos de películas en las que dirige sin actuar, como es el caso de Mystic River o Cartas desde Iwo Jima, así lo certifican. Trabajos con un sello diferencial en los que nutre a sus actores con fuentes en las que él mismo ha bebido con anterioridad.

Dominador de todo el proceso creativo con una visión privilegiada, hoy desde esta casa rendimos pleitesía y nuestro humilde homenaje a uno de los hombres más icónicos de la época contemporánea.

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