Cuando el fotógrafo se sitúa por debajo del objeto fotografiado estamos ante un contrapicado, perfecto si se quiere dar al modelo un aura de superioridad o grandiosidad, es un recurso muy utilizado por sus valores expresivos, pero a la vez hay que tener cuidad, porque es un ángulo que puede resultar poco favorecedor en los retratos.

Continuando con la lección sobre ángulos que comenzó la semana pasada nuestro fotógrafo José A. Caso con el plano cenital de “Picado Tierno”, en esta ocasión nos trae un ejemplo perfecto del contrapicado extremo, cuando la cámara apunta casi en línea recta hacia arriba: el nadir.

La mezquita de Córdoba se presta como modelo, el tiro de cámara potencia la sensación de simetría de la cúpula y, aunque con este ángulo se pierden los volúmenes, gracias a la composición totalmente frontal se fomenta un efecto caleidoscópico, las líneas arquitectónicas convergen hacia el centro de la imagen, que en este caso está remarcado por un pequeño mural ovalado.

El nadir es un tipo de ángulo muy utilizado en arquitectura precisamente por la cualidades señaladas arriba.

Cúpula en la mezquita de Córdoba

Cámara: Canon EOS 7D
Distancia focal: 18mm
Obturación: 1/25 seg
Apertura: f2.8
ISO: 100

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