N.M. para la comunicación institucional del Gobierno balear. O, lo que es lo mismo, necesita mejorar, que se diría en antiguos sistemas educativos.

Si ya de por sí existe rivalidad social entre Mallorca e Ibiza, la última campaña realizada por el Gobierno de Baleares no ha hecho más que acrecentar el desaire entre los ibicencos. Para celebrar recientemente el Día de Baleares, el Ejecutivo autonómico ideó una propuesta de publicidad institucional basada en la repostería típica de cada isla. La sorpresa llegó con la imagen de un supuesto flaó, postre típico de Ibiza, quemado y sin su azúcar característico en una superficie que tampoco contenía hojas de hierbabuena.

Las reacciones en las redes sociales no se hicieron esperar, con airadas críticas de algunos ciudadanos. Un hecho que también llegó a la esfera política: «Francina Armengol no se conforma con quitarnos el dinero, ahora también nos quita el azúcar del flaó ibicenco», publicaba en Twitter el popular Vicente Roig. Un sentimiento también generalizado en la prensa local, que no dudó en tachar la imagen de «engendro». Sobre todo teniendo en cuenta de que la tradicional ensaimada mallorquina sí exhibía su mejor versión.

Pero los ejemplos derivados de la falta rigor en la Administración Pública de esta comunidad autónoma no quedan ahí. Y es que el pasado mes de diciembre el Gobierno regional usó para su mapa de infraestructuras uno de las Pitiusas con errores, sacado directamente de un portal inmobiliario.

Un ejemplo más de que la comunicación institucional, para evitar crisis de reputación de este calibre, debe estar correctamente orquestada y profesionalizada, con sus correspondientes filtros de calidad y supervisión.

Aquí, el flaó institucional:

Flao

Aquí, una porción de flaó comúnmente aceptada:

flao2

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