La elección de un nombre es una decisión muy importante para una empresa. Pero a veces, por diferentes motivos, es necesario cambiarlo. Esta es una apuesta arriesgada aunque, desde luego, es una carta que en ocasiones es necesaria jugar. Hasta Google cambió su antigua denominación, BackRub, inspirados en el gúgol, el descomunal número 10100 por su ambición de abarcar infinidad de webs en internet.

Existen muchos buenos motivos para cambiar el nombre de una empresa. Las fusiones entre ellas, que la percepción de la marca no sea exactamente la que se pretende, o que se quiera dar proyección internacional o divergir y ampliar mercados son motivos suficientes para hacerlo. Este proceso viene acompañado de una serie de importantes cambios que pueden modificar por completo la identidad corporativa: denominación social, logotipo, códigos de colores, papelería

Un caso muy reciente ha sido el de Gas Natural Fenosa, ahora Naturgy. Un cambio de tipografía, un color más “eléctrico” y la estilización y simplificación de la mariposa son los rasgos más característicos de esta nueva imagen. Detrás, una aspiración a la consolidación internacional a través de un nombre más directo, simple y que engloba todo lo que representa.

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