Para la entrada de hoy en la sección de cosecha propia sacamos a colación una de las imágenes de nuestra colección ‘Ver para Creer’. Y es que, en ocasiones, las palabras o las ilustraciones tienen el mismo poder que una bomba de relojería, tal y como plasmábamos en este almanaque hace nada menos que seis años.

Bien utilizada, la palabra es belleza y armonía, aunque no es menos cierto que también puede convertirse en el caldo de cultivo del odio, la violencia y la irracionalidad si cae en las manos no apropiadas.

Esta sobrecogedora imagen no es más que una declaración de intenciones para instar a todos los que nos dedicamos a la comunicación, en cualquiera de sus vertientes, a mimar una herramienta de trabajo que nos debe servir para sumar y no para destruir.

poder palabra

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