Más incluso que la publicidad eminentemente tradicional, el marketing de contenidos está revolucionando en los últimos años la batalla por el posicionamiento en el mercado globalizado.

Pero este poderoso aliado requiere una constante actualización donde no valen estrategias a largo plazo en un escenario siempre cambiante. Por ello, los responsables de comunicación han de estar al tanto de los gustos y preferencias de los consumidores.

Mediante la utilización de diversas técnicas más o menos avanzadas pero siempre fiables, los departamentos de comunicación o las propias externalizaciones también han de servir como tutores a las empresas, que en muchas ocasiones no cuentan con estructuras claras para dar visibilidad a los contenidos ni para cotejar los resultados de las interacciones provocadas por las acciones realizadas.

En este sentido, al margen de la buena calidad de los contenidos, estos tienen que tener un valor añadido en el acabado. Es decir, deben estar inmersos en una escena clara e intuitiva, pues de nada serviría elaborar trabajos de alta alcurnia si son albergados en los bajos fondos, sin apenas visibilidad.

Comparte esta noticia: