Un logotipo no es nada más, ni nada menos, que un símbolo gráfico que representa la identidad corporativa de la compañía, una marca que debe reflejar los valores de la empresa con un número mínimo de elementos.

Para construir un buen logotipo es necesario andar un camino que va desde lo teórico a los práctico, los pasos se pueden resumir en:

1. Entender a la empresa: tenemos que conocer su filosofía empresarial y qué se quiere expresar en el logo (fuerza, tradición, dinamismo), hay que adaptarse a sus necesidades porque el cliente manda.

2. Desarrollar el concepto: una vez que tenemos la información básica llega el momento de tener la idea, mezclar, combinar, superponer conceptos.

3. Usos: en qué soportes va a plasmarse, web, papelería, rótulos, las características del lugar donde se coloque el logo puede conllevar determinadas necesidades y por tanto pueden ser determinantes.

4. Desarrollo de la imagen: es la fase práctica, el proceso creativo empieza a plasmarse gráficamente y hay que tener en cuenta: el icono, la tipografía y el color.

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