En una era marcada por la abundancia de estímulos en la red y por la sobreinformación procedente de diferentes fuentes más o menos fiables, una buena historia ya no es suficiente para ganar la partida a la competencia. Para maximizar el número de impactos y lograr una buena simbiosis, una dupla ganadora, es necesaria la presencia del diseño gráfico en la estrategia de marketing de contenidos.

En este sentido, las infografías son un aliado de lujo. Como representación informativa de carácter eminentemente visual, la creación de este tipo de piezas requiere un trabajo al alimón entre los redactores de contenidos y los técnicos de artes gráficas. El objetivo pasa por condensar la esencia informativa para configurar un producto que resulte atractivo.

Tanto en medios de comunicación convencionales como en tribunas dedicadas al marketing de contenidos, las infografías no solo no pierden ripio, sino que las propuestas son cada vez más originales y certeras en sus objetivos de captar la atención de consumidores y usuarios. Y es que el trabajo resultante combina la creatividad de los diseñadores con la capacidad de síntesis de los informadores.

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