¿A quién no le gusta que le hagan regalos? ¿O tener un producto exclusivo o histórico? En ocasiones pueden gustar más o menos, pero es sabido que si vemos la palabra “de regalo” o “vintage”, algo nos atrae. Y esto la publicidad lo sabe utilizar muy bien.

Con la llegada del verano, el regalo promocional como estrategia de marketing da los mejores resultados a la hora de fidelizar clientes. Esto se debe a una relación a nivel psicológico que se produce entre la persona que recibe el regalo y quien se lo da. Aún más si lo que se regala resulta de especial utilidad durante el periodo vacacional. Tal es el caso del archifamoso balón de Nivea o las colchonetas que ahora promociona Burger King. Su uso será un permanente recuerdo de la marca, llegando a establecerse, una vez más a nivel psicológico, como una empresa amiga o familiar.

En otros casos, se trata de activar la parte del cerebro asociada a los recuerdos. Mediante una vuelta al diseño original de un producto se consigue que despierte el interés en los consumidores. De paso aumenta el número de ventas debido a la exclusividad o rareza de la promoción, al estar solo disponible por tiempo limitado. Un buen ejemplo de ello es la marca Solán de Cabras y su embotellado en damajuana, una vasija grande de vidrio usada en el siglo XVIII y con la que se transportaba el agua en carruajes.

Queda claro que estas promociones comerciales forman parte del mejor sistema de marketing, pues los obsequios y la exclusividad son mecanismos neurolingüísticos muy efectivos.

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