Desde hace unos días el mundo de la tecnología se encuentra un poco más huérfano. El pasado sábado conocíamos el fallecimiento de Ray Tomlinson, considerado el padre del correo electrónico. Se puede afirmar, sin temor a caer en el error, que este ingeniero estadounidense fue, además de una mente adelantada a su tiempo, un absoluto visionario.

Poco podría imaginar Tomlinson, cuando ideó el símbolo de la arroba en el año 1971, que este sistema alcanzaría la importancia de la que goza actualmente. Y es que según la consultora Randicati, en 2015 se enviaron en el mundo más de 205.000 millones de correos electrónicos.

La tribuna de hoy, además de para recordar a este intelectual, nos sirve también para ilustrar sobre lo que esta idea ha supuesto para el ámbito de la comunicación. La proliferación de la mensajería por internet, prácticamente inmediata desde su creación, se ha convertido en una de las herramientas indispensables para las marcas y empresas. Pocas firmas tienen visos de futuro sin incluir en sus estrategias el e-mail marketing.

Las posibilidades que ofrece esta técnica abren nuevas oportunidades de negocio en un panorama económico y empresarial cada vez más competitivo. El uso del e-mail marketing genera un alcance inmediato y sin barreras, además de requerir bajos costes, elementos primordiales a la hora de captar clientes.

Desde Creaerte nos sumamos al homenaje que el mundo tecnológico le ha dado a la figura de Ray Tomlinson, cuya aportación le valió en el año 2009 el Premio Príncipe de Asturias a la Investigación Científica y Técnica.

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