Estamos acostumbrados al outbound marketing, denominado también publicidad intrusiva, que es genérica y común a todos los receptores. Sin embargo, existen alternativas que evitan el desgaste de la marca al no molestar a los consumidores. Esta forma de captar clientes potenciales es más novedosa y está cada vez más presente. No aborda al usuario, sino que lo atrae con contenido relevante que hace que el público se interese por la marca: el inbound marketing.

Primero debemos definir el perfil del tipo de personas que queremos atraer, el llamado ‘buyer persona’. Estos deben encajar con la marca como clientes potenciales. Para alcanzarles debemos aumentar el tráfico web y las interacciones a través de publicaciones interesantes, como infografías o vídeos. Así se consigue el posicionamiento que después consolidaremos. Una vez atraídos, especificamos más sobre nuestros productos o servicios con análisis en profundidad o resolviendo dudas. Finalmente, en la fase de fidelización, mantendremos al cliente informado con novedades y servicios exclusivos.

Nuestra presencia en páginas web, blogs y redes sociales serán clave para que el usuario encuentre el contenido atractivo que le seduzca y le invite a interesarse.

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