En ocasiones el guión de un anuncio gira en torno a la música, independientemente del producto del que se hable. Este recurso, tratado de forma original, es excelente para conectar con el público, quien puede identificarse con la canción. Hoy os traemos dos ejemplos en los que la música no es solo utilizada, sino integrada en el argumento.

La compañía danesa de cerveza Carlsberg se caracteriza por hacer spots desenfadados. Normalmente lo protagonizan dos personajes, llamados Carls y Berg, que mantienen una conversación casual. Con este marco las posibilidades son infinitas, y cuando hay música de por medio y un enfoque humorístico, el impacto está asegurado.

Así ocurrió en su campaña de 2003 en la que los protagonistas, en una fiesta reggae, no consiguen beber la cerveza al no poder parar de bailar. En 2004 usaron el mismo recurso centrando la pieza en la música, con más éxito aún. El alcance de su spot ‘kulu ngile’ (kulunguelé) hizo que todo el mundo canturreara la frase a todas horas, aunque nadie supiera su significado.

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