Biógrafos e historiadores concuerdan al nombrar a Leonardo Da Vinci la persona más creativa en toda la historia de la humanidad. Una fuente inagotable de inspiración y un ejemplo de la imaginación por antonomasia.

El código de Da Vinci consistía en fomentar su propia inquietud a través de la curiosidad. Tenía interés por todo, desde las alas de las libélulas a la creación del universo y esto hizo de él un artista multidisciplinar. Convertía en simple cualquier problema complejo gracias a su acercamiento desde distintos ángulos de enfoque o extrapolando datos de un campo a otro.

Fue su diligencia como estudiante de cada área lo que le llevó tan lejos. Lo demuestran sus más de 6.000 páginas de notas, dibujos y apuntes. Utilizaba el ahora llamado “Método Da Vinci”. Con esta metodología iterativa el gran maestro renacentista conseguía llegar a conclusiones nuevas, más allá del pensamiento convencional.

En Creaerte sabemos que para ser creativo hay que expandir la mente. Y, como bien nos enseñó Da Vinci, solamente se consigue a través de la búsqueda incesante de conocimiento y su puesta en práctica con el trabajo diario.

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