Twitter, Facebook, Instagram, Pinterest, Linkedin… Las alternativas son muy numerosas. A día de hoy son pocas las empresas que crean un plan de marketing sin incluir el uso de las redes sociales en su estrategia. El social media es un mecanismo esencial para cualquier marca que no quiera arriesgarse a tener un futuro dudoso.

Es una realidad que muchas empresas y profesionales cuentan con una gama variada tanto de clientes, como de productos. Por tanto es muy importante ajustarse a esta situación. Tan imprescindible como segmentar la presencia en varias redes sociales es adaptarse al tipo de información que se vierte. Hay que tener claro qué tipo de usuarios conforman nuestra comunidad online, pues cada uno atiende a un perfil diferente. Ello hace que, por ejemplo, el lenguaje utilizado o las publicaciones que hagamos deban enfocarse de diferente manera según la plataforma.

Edad, intereses, conocimiento de la marca o especialización son algunos de los parámetros que se deben tener en cuenta a la hora de difundir nuestro mensaje en redes sociales. Para aquellos profesionales que aún no hayan sopesado llevar a cabo la idea de segmentación, establecer esta división entre sus clientes puede ser el inicio de la estrategia.

Ni mucho menos esto es como una varita mágica, pero las posibilidades que ofrece son amplias. No tiene que ser una tarea de máxima precisión, sino que con unos aspectos básicos puede ser suficiente. Eso sí, cuanto mayor sea el ajuste, mejores serán los resultados.

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