Tim Burton es uno de esos directores que tiene un estilo visual fácilmente identificable. Casi todas sus películas se deleitan con imágenes góticas. Desde los propios personajes, pasando por la utilería, hasta las casas y ciudades donde se desarrollan las historias están esculpidos de una manera exagerada, casi caricaturesca para enfatizar esos rasgos “góticos”.

Nacido en Burbank, California, Burton es, literalmente, un hijo de Hollywood. Fue a la universidad para estudiar animación. Su trabajo allí llamó la atención de Disney y fue contratado como animador. Trabajó en varios proyectos antes de que se hiciera evidente que su estilo no encajaba con lo que Disney quería hacer. Trabajó en varios proyectos de cortometrajes antes de llamar la atención de Paul Reubens, quien le ofreció a Burton la oportunidad de dirigir su primer largometraje, La gran aventura de PeeWee (1985). La siguiente oportunidad llegó con Beetlejuice de 1988 , que también fue un éxito y fue bien recibida por la crítica. El director californiano demostró que podía hacer películas rentables con presupuestos reducidos, y por eso se le ofreció la oportunidad de dirigir su primera película de gran presupuesto: Batman (1989). Esa película se convirtió en una de las más taquilleras de todos los tiempos y junto a otros títulos ya sobradamente conocidos como Eduardo Manostijeras y Pesadilla antes de Navidad dejó claro una visión y estilos únicos de la realidad.

Sus proyectos parecen involucrar a un personaje principal que es una especie de paria de la sociedad. Además, este personaje suele ser muy extraño y excéntrico, incomprendidos por el mundo que los rodea. Otro rasgo muy característico es su uso de la oscuridad y la luz como contraste. La oscuridad encaja bien con su imaginería gótica, pero usa la luz para enfatizar ciertos aspectos de los personajes, sus sentimientos o psicología. Su inmersión en las nuevas tecnologías de CGI le propicia al director la capacidad de mostrar, de manera más exagerada, todos estos aspectos en sus proyectos. Tal es el ejemplo de Alicia en el país de las Maravillas, donde desde escenarios a personajes no muestran proporciones normales dándoles un aspecto exclusivo.

Burton es un director que ha tenido un impacto, tanto en la industria como en los cinéfilos, y cuyas películas, tan especiales en su ensueño infantil y su mezcla catártica de terror y humor negro, justifican su inclusión entre los grandes cineastas visuales del pasado y del presente.

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